el ADN de las comunidades hebreas ¿puede localizarse en el de los actuales catalanes?
En artículos anteriores hemos hablado de los restos que nos han quedado del pasado de las comunidades judías en la zona de Girona. Las investigaciones que han dado más frutos han sido, por supuesto, las arqueológicas y las basadas en los documentos hallados en archivos y bibliotecas. Todas ellas han sido recogidas en el museo de la cultura judía.
¿Hay un ADN sefardí?
Respecto a la conservación de ADN sefardí en la actualidad habría que realizar una clara distinción entre el de las familias judías que se convirtieron e integraron, las que lo hicieron durante los siglos XIV y XV con el fin de evitar más peligros o su expulsión pero mantuvieron sus ritos y costumbres (también llamadas criptojudías ) y las que optaron por emigrar tras el decreto de expulsión de 1492 de los reinos de de Aragón y Castilla.
Según mencionan las crónicas la comunidad judía de Girona se formó al asentarse en la ciudad unas 25 familias en el siglo IX , procedentes de Provenza, con cuyas comunidades mantuvieron lazos que perduraron en el tiempo. Los matrimonios se daban entre miembros de comunidades relativamente cercanas.
Tras la expulsión y las conversiones masivas , la conservación de ADN originario pudo darse más en las comunidades de criptojudíos. Creemos que existieron estos grupos pero no hay ejemplos tan notorios como en Mallorca, con los chuetas, o en la zona de Belmonte, en Portugal.
Los haplogrupos, que se transmiten por línea masculina o femenina suelen ser buenos indicadores del origen común.
Resultados de las pruebas de ADN
Las empresas que ofrecen los test de ADN, a pesar de contar con capital judío, no han detectado aún el ADN sefardí originario y mucho menos el que pudieran tener los judíos de la comunidad de Girona.
La teoría de que las comunidades judías de la corona de Aragón pudieran tener orígenes distintos a los las del reino de Castilla o la de que las familias expulsadas de las zonas de lengua catalana pudieran no haberse mezclado con las castellanas en su éxodo al no emplear la misma lengua, el ladino, que ha perdurado hasta nuestros días, podría lastrar la posibilidad de localizar un ADN común.
Hay intentos de clasificación del ADN de las comunidades sefardíes del norte de Africa pero no pare que se hayan tomado muestras de individuos de las comunidades repartidas por el antiguo imperio otomano, a pesar de que han sido éstas las que mantuvieron la lengua y las costumbres sefardíes hasta nuestros días.
Tampoco hay resultados fiables en pruebas de ADN de miembros de las comunidades criptojudías. De hecho, las empresas ofrecen estimaciones étnicas incorrectas o aproximadas, basadas en el ADN de origen Askenazi, cuya detección está más avanzada.