Albarracín, tesoro oculto en la provincia de Teruel
¿Por qué una entrada sobre Albarracín?
La satisfactoria respuesta a un post publicado ayer en un grupo de Facebook llamado Castillos y Fortalezas de España me ha dado la idea de una nueva entrada en este Blog .
Esta localidad turolense de apenas 1000 habitantes ha recibido 1000 likes en esta foto y multitud de comentarios elogiosos. Simplemente publiqué la foto que aparece en la parte superior, y listo!
Mis entradas en el Blog suelen estar relacionadas con genealogía, historia o genética de poblaciones y qué mejor tema que el devenir histórico de la población de Albarracín. Una ciudad que llegó a ser capital de un reino de Taifas, allá por la Edad Media.
En la actualidad el trazado urbano de Albarracín se encarama por un Peñón en el que se encuentra la fortaleza medieval. Las casas de su conjunto urbano son de una increíble belleza. Hay incluso algunas colgadas sobre el lecho del río.
Destaca el color rojizo de las edificaciones, que se denomina rodeno en la zona. Rodeno es también el nombre de la variedad de pino que se da en los alrededores, formando bosques característicos, ahora protegidos. Son estos bosques, además del turismo, las bases del desarrollo económico de la zona.
Monumentos y un poco de historia
Se habla de orígenes prehistóricos de esta localidad. No hay más que observar la abundancia de pinturas rupestres de tipo levantino que se encuentra en la zona de Albarracín para deducir el poblamiento antiguo de la zona de la Sierra de Albarracín
Lo cierto es que no se encuentran visibles restos tan antiguos en la ciudad. La visita que recomiendan las oficinas de turismo comienza en la plaza Mayor, donde como en casi toda España, se encuentra el ayuntamiento de la localidad.
Desde allí se llega rápidamente a un buen número de monumentos y museos interesantes, como la catedral, del siglo XVI, las iglesias de Santiago y Santa María o el Museo Diocesano.
Hay vestigios del pasado de la ciudad como capital del reino de Taifas en la parte más alta del pueblo: su Alcazaba y una torre denominada del Andador.
Con la conquista cristiana, por parte de la familia Azagra, Albarracín se mantuvo independiente de los reinos de Castilla y Aragón durante largo tiempo. La mayor parte de los monumentos de la ciudad que hemos mencionado son posteriores a ese periodo, cuando ya dependía Albarracín del reino de Aragón.
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