Período minero en Hiendelaencina. Vínculos con la familia Perucha
Decadencia del primer período minero
Tras abandonar Hiendelaencina, Gregorio Perucha García y Balbina Blanco de la Orden se establecen en Sigüenza en 1871 con sus tres hijos: Juan Manuel, Joaquín y Casimira. Al poco tiempo nacerá Maximina, su última hija , ya en Sigüenza. Según los archivos parroquiales seguntinos, nacen otros hijos del matrimonio en Sigüenza pero no consiguen prosperar y mueren jóvenes.
El hecho de establecerse en la ciudad episcopal puede haberse debido a que ya residía en la ciudad una hermana de Balbina, casada con un industrial cárnico. Gregorio se establece en Sigüenza con varios negocios pero mantiene de cerca su contacto con Hiendelaencina, su pueblo natal, donde seguirá residiendo parte de su familia y donde le quedan tierras y ganado. La decadencia de Hiendelaencina y de su zona minera es patente en esa época.
En la foto superior, grupo de mineros de la zona de Hiendelaencina a finales del siglo XIX, más abajo el estado actual de algunas de las minas. En la foto inferior, los edificios que conformaban el pueblo minero, ahora en ruinas.
Los mineros emigran a otras zonas y el barrio de las Minas, que años antes se había convertido en una pequeña ciudad , con teatros, multitud de viviendas y tiendas, se despuebla. En algunas búsquedas genealógicas que realizadas en otras zonas mineras como Linares, hemos encontrado mineros residentes allí pero nacidos en Hiendelaencina.
En la siguiente foto, hoja del padrón de Linares de 1886 en que aparece un minero nacido en Hiendelaencina y su familia.
Renacimiento del período Minero
Gregorio permanece en Sigüenza atento a cualquier señal de que las minas vuelvan a la actividad. Su negocio de tratante de ganado e industrial cárnico, así como el de posadero van bien en la ciudad, mientras que mantiene una ganadería en sus tierras de Hiendelaencina y Zarzuela, lo que le da acceso a informaciones in situ.
En los censos de actividades de Guadalajara Gregorio figura con la profesión de tablajero pero aparece en los listados de los mayores contribuyentes de la ciudad.
Desconocemos si es aceptado por la cerrada sociedad seguntina como uno más o bien permanece allí como advenedizo nuevo rico. Lo cierto es que está dispuesto a invertir parte de esos beneficios en aquello que no pudo conseguir en su juventud: esta vez formará parte del grupo de propietarios mineros, adquiriendo participaciones y acciones en las empresas que se formen para volver a impulsar la vida minera.
Lo consigue asociándose con Benito Ibave, su primo político, y aparece en numerosos listados de accionariado de minas ferruginosas o áureas.
La vuelta a la producción minera por fin se produce a gran escala en el año 1890, de la mano de empresas extranjeras que ya se hicieron con la gestión de las minas de Riotinto en tiempos de la 1ª República Española mediante joint ventures con otras sociedades de capital español.
Gregorio participará en ambos tipos de empresa, tanto en las empresas mineras españolas como «La Reconquista» que, con altibajos de producción, llegará hasta 1913, fecha de su fallecimiento.
Según lo que hemos podido oír de los familiares mayores que conocieron el tema, Gregorio también aparece como titular o cabeza visible de sociedades mineras británicas de esa época, entre ellas Navas Gold Mine , de la que incluyo mención oficial .
Desde el Reino Unido llega a recibir una distinción de SM la reina Victoria por sus servicios a la Corona. Este dato, obtenido oralmente de un familiar, no ha podido ser contrastado por ningún documento ni español ni británico, pero es muy plausible, dada la legislación de la época y los ejemplos en otras zonas mineras.
Resumen de la segunda época de oro en Hiendelaencina
Los datos de la producción minera que se conocen por las estadísticas de la época son inferiores a la de la primera fiebre de la plata, cifrándose en más de 7 millones de pesetas la producción de varios años.
La situación laboral de los mineros no es buena. Cobran menos aún de lo que hicieron sus antecesores.
Los movimientos sindicales son numerosos, lo mismo que los accidentes por la mala calidad de la higiene, la seguridad y el estado de las minas. Todo ello se recoge en otros blogs y libros de diversos autores sobre sobre el pasado minero de Hiendelaencia pero es necesario mencionarlo aquí.
Conociendo los vaivenes del negocio minero, Gregorio no se centra en las minas y diversifica sus inversiones. Se dedica a adquirir terrenos en la zona de Jadraque que pertenecieron a su tio Mariano Perucha Palancares, uno de los mayores propietarios de minas de la primera fiebre de la plata.
Gregorio se los compra a algunos de los herederos de su tío, que habían abandonado ya la zona.
Esas compras masivas figuran en los archivos notariales de Jadraque y Sigüenza. En Jadraque también adquiere salinas de baja producción e intenta la compra de las de Imón, de titularidad estatal, y solo adquiere una casa de campo allí. También adquiere el famoso molino de Alcuneza y varias otras propiedades en la zona.
Gregorio se convierte en un personaje de la zona; sus movimientos, viajes y celebraciones se reflejan en los periódicos de la época.
Los recortes de prensa dan para una nueva entrada en el Blog