Carta primera –
Tolosa –
2 de mayo de 1822
De Baltasar Castanera a Antonio Abadia
Apreciado Antonio, te escribo esta misiva desde mi retiro de Tolosa, en el reino de Francia, contento de saber que tus lecturas crecen gracias al empeño de tu madre, mi prima hermana. No me conoces personalmente pero habrás oído hablar de mí, en privado, seguramente. También tengo referencias de que tu curiosidad sobre nuestra historia familiar y sobre la de nuestra hermosa villa de Binéfar va en aumento día tras día.
El filósofo Erasmo de Rotterdam escribió hace más de trescientos años que en el estudio no existe la saciedad y creo que sigues de buen grado su enseñanza, ahora que de nuevo han dejado de estar prohibidos sus escritos y la difusión de su filosofía.
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Han sido duros tiempos los que nos han tocado vivir. Tú no los has conocido más que de niño. Tiempos que han marcado el devenir de nuestra familia y, en mi caso particular, mi exilio en esta ciudad de Tolosa, donde resido desde hace 8 años, que ha acogido tan amigablemente a un nutrido grupo de españoles acusados de afrancesados, entre los que me incluyo.
Intentaré explicarte todo ello con más detalle en una próxima carta .
La reciente muerte de mi tío, tu abuelo materno,junto con mi amor por las letras, la historia y a mi antiguo oficio de escribiente han hecho que para tu madre sea yo el único miembro vivo de la familia que pueda explicarte su devenir en estos últimos 40 años. Tus padres, que son aún jóvenes, se encuentran inmersos en la gestión de la complicada herencia que han recibido de tu abuelo José, al ser tu madre su única hija viva.
Esto, unido a las malas cosechas que, según me informan, se presumen para este año, auguran que los esfuerzos de tus padres por la economía de vuestra familia ocupen la mayor parte del tiempo.
Tu madre sugiere, con buen criterio, que te vaya refiriendo lo ocurrido en sucesivas misivas. Eres joven y tienes otras dedicaciones además de la lectura. Puede que de mis cartas salga algo parecido al feuilleton que se está imponiendo entre los burgueses franceses. Tu madre es consciente asimismo de que las
diligencias de correo pueden tardar más de la cuenta en hacerte llegar las cartas que te vaya escribiendo en el futuro.
No has de preocuparte. Entiendo que debes mantener un ritmo de lecturas adecuado para mantener e incrementar tus conocimientos. Encontrarás en Monzón cientos de libros útiles para ello.
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Mi primer relato hará hincapié en aquellas fechas de 1796 en las que se habló de nuestra familia y de nuestra villa, de Aragón y concretamente de Binéfar en todo el reino como ejemplo a seguir por las demás villas y ciudades del país.
Pero hoy comenzaré por nuestra familia, otrora una de las más conocidas de la villa de Binéfar y de Aragón.
Perteneces por línea materna a la familia Castanera, que nunca ha sido rica en lo material pero que siempre se ha ocupado de que sus miembros reciban una esmerada educación, y no solo los varones de la familia, sino también sus mujeres. Mis hermanos y yo estudiamos en Zaragoza, Pedro siguió estudios de medicina, Cosme de teología y tras mi bachiller, me dediqué al estudio de la historia de nuestra amada Aragón, de sus reyes y de la institución del Justicia. Tu madre recibió lecciones de las primeras letras y las cuentas, por lo que ha podido enseñarte a leer y sumar cuando los hombres de nuestra villa, maestro incluido, no tuvieron más remedio que partir hacia una cruenta guerra formando parte de los famosos regimientos de Monzón.
La posición de nuestra familia se obtuvo, no por sus orígenes sino como fruto del trabajo, el estudio y una pizca de casualidad, por qué no decirlo. A pesar de los intentos de la familia para conseguir ser reconocidos como infanzones, las pruebas obtenidas por mis tristemente fallecidos hermanos mayores Cosme y Antonio, reflejadas en un detallado informe de firma de infanzonía que presentaron ante el tribunal de Zaragoza, no sirvieron para probar una hidalguía que, a pesar de todo, siempre ostentará nuestra familia en nuestro corazón, sin necesidad de ser reconocida por tribunal alguno. He de decir que considero aquellos intentos tan inútiles como anacrónicos para un sociedad moderna. Era todo más fácil siendo infanzones en el reino. Desde mi punto de vista, se ha producido la revisión del papel de la aristocracia en todos los reinos de Europa. Los avatares por los que ha pasado este reino de Francia en el que habito y que hoy gobierna el rey Luis XVIII, no necesitan mayor mención porque no te serán desconocidos..
Continúo con el relato de la familia Castanera; Nunca se han distinguido en las tareas militares. Nada que ver con las gestas realizadas por los antepasados de tu padre en su paso por las Orden Hospitalaria de San Juan y otras anteriores como la Orden de los caballeros Templarios, de infausto recuerdo. Sí es cierto que nada hecho por los Castanera habría de reflejarse en los obsoletos libros de caballería. Te podría elaborar, haciendo memoria, una lista de antepasados, con los Vidilla y los Guardiola, que también formaron parte de nuestra familia. De ellos destacarán siempre clérigos, notarios o médicos, tanto los que han residido en Binéfar como los de Monzón, Tamarite y en la misma ciudad de Lérida. Quiera Dios que otros Castanera o sus descendientes puedan seguir su camino y referir sus hechos pasados presentes y futuros…